domingo, 28 de junio de 2009

Michael Jackson 1958 - 2009



Y va el genio y se muere. La leyenda decide hacer, justo ahora, su única cosa humana hasta la fecha, y cuando me refiero a esto no hablo solo de las extravagancias de todo genio, sino lo anormal de un hombre capaz de parir cuatro discos de la altura de "Off the wall", "Thriller", "Bad" y "Dangeorus". Un hombre de bailar como SOLO bailaba el, de cantar como solo lo hacia el, de entender la música como solo lo hacía el. Y si, en los últimos años era una especie de zombie, de extraterrestre, pero es que resulta que artísticamente lo llevaba siendo desde los cinco años con los imprescindibles Jackson 5.

Y va el rey y se muere. Una muerte a la altura de su ego, de su talento, una muerte que este enamorado, fanático de la música (y beatlemaniaco) que escribe sitúa desde ya a la altura de la perdida de Elvis o Lennon. Y en cierta parte me siento orgulloso, honrado de poder haber disfrutado de la carrera de este tipo, de sus canciones, de poder decir en el futuro: yo "conocí" a Michael Jackson.

Y va el pop y se muere. Pero nos quedamos con "Billie Jean", "Thriller", "Beat it", "Heal the world", "Will you be there", "I want you back", "I,ll be there", "Ben", "Bad", "Liberian girl", "The way you make me feel", "Wanna be startin something", "Black or white", "The girl is mine"....no se si quien lee esta entrada es fan de esta leyenda en vida, de mito eterno tras su muerte, pero, por si se lo pregunta: SI, todo lo que está escuchando está a la altura artística de este hombre.

Y se hablará de sus locuras, de su vida personal, de sus juicios, de sus excentricidades, pero, un consejo, cerrar los ojos y abrir los oídos, dejar de ver y empezar a escuchar.

El jueves por la noche murió, y yo lloré, llame a Gonzalo, el fan más fan que conozco y ambos estuvimos hasta las 4 y pico viendo informativos, escuchando canciones, viendo vídeos, llorando. Y no te sentías solo, sentías que el mundo lloraba contigo.

Y va el ARTISTA y se muere, y nos toca recordar, escuchar, sentir, llorar, homenajear a una figura que hizo algo que nadie había hecho antes, con elementos que ya existían; que hizo algo que aún nadie ha sabido repetir, que ofreció al mundo un espectáculo que merece la pena ser recordado.

Muere Michael Jackson, resucita el mito que nunca murió, nace la leyenda.