sábado, 13 de febrero de 2010

Precious - La libertad del patito feo




No es solamente cuestión de belleza. Ni siquiera de destino o casualidad. Estamos hablando de suerte, de como una vida puede estar llena de dolor por un cúmulo de cirscuntancias que convierten los recuerdos en desgracias, el presente en drama. Nos gusta quejarnos por cualquier cosa, por un exámen, por una llamada telefónica inoportuna, por la convivencia...el personaje principal de "Precious" no solamente no admite quejas, ni excusas, simplemente acepta, como puede, lo que le ha tocado vivir, divirtiéndose robando un cubo de alitas de pollo que aumentaran su obesidad, cocinando para una madre que la maltrata, cuidando de sus hijos, nacidos tras numerosas violaciones de su propio padre. Y sueña con ir al colegio, aprender a leer y escribir, reconducir, si es que es posible, una vida como la que tiene. Y tiene sueños, ser una estrella, viajar en moto agarrada a la cintura de su apuesto príncipe azul, escapar de la realidad.

Nada parece artificial ni forzado en una película que tenía todas las papeletas para ser un telefilm dramático de las cuatro de la tarde, pero que gracias a la verdad que desprenden todos y cada uno de sus personajes, se convierte en un poderoso tratado sobre lo que es el dolor puro, el horror que puede llegar a producir una situación familiar o el terror de conocer, una vez más, hasta donde puede llegar el ser humano.

Y si todo esto funciona, emociona y conmueve a partes iguales es gracias a una dirección ejemplar de Lee Daniels, capaz de combinar realidad y sueños, a través de secuencias oníricas que funcionan, generalmente, bien, con momentos de auténtica genialidad, como el inolvidable y, casi, insoportable, enfrentamiento en la escalera. Mención aparte para las dos protagonistas, favoritas para el Oscar, una conmovedora Gabourey Sidibe y, por encima de todo y todos, una Mo'nique, que ofrece una interpretación de otro planeta, un auténtico tour de force interpretativo que desemboca en uno de los monólogos más aterradores que se han visto en un cine en los últimos años.

"Precious" no es una historia de superación más, es el reverso del ser humano en su vertiente más dramática, la capacidad para levantarse cada día del suelo de una persona nacida para sufrir, incapaz de comprender que es la felicidad, refugiada en la televisión, el miedo y la inseguridad. Precious, el personaje, es una madre coraje, una víctima condenada a una vida llena de degradación, es la protagonista de un drama que se clava en la memoria, que retuerce el estómago, que empaña los ojos, el patito feo que no admite que nadie le diga que se ha convertido en cisne, porque esta genial película no habla de transformaciones, sino de la capacidad de supervivencia del patito feo en un lago lleno de basura, iluminando cada lugar donde acude, simplemente, con la sinceridad y el esfuerzo como bandera. El mérito no está en saber convertirse en cisne, sino en resurgir de patito feo a patito libre. Y cuando se ve algo así, uno no puede más que sentirse conmovido.

Nota: 9

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