sábado, 27 de febrero de 2010

The Lovely Bones - Amor de padre



Peter Jackson ama el cine, y lo hace de una manera pasional, desproporcionada, como si cada película suya fuera un hijo para el, en el sentido más estricto, afectivamente hablando, del término. Su excepcional trilogía de "El señor de los anillos" mostraba en cada uno de sus fotogramas una dedicación descontrolada por lo grandioso, algo que se hizo aún más evidente en la infravalorada "King Kong", auténtico monumento al cine más clásico y entretenido, que pasa por ser, el tiempo lo dirá, la película más personal del cineasta.

"The Lovely Bones" es una muestra más del incontrolable amor de Jackson por el séptimo arte, ofreciendo, no una, ni dos, sino tres películas en una, lo que termina convirtiendo este trabajo en el más desafortunado de su carrera. Y material había, vaya que sí, pero el neozelandés, auténtico protagonista por encima de la historia y el casting, intenta contar demasiadas cosas, por un lado, un thriller terrorífico, por otro, un drama intimista y , por encima de todos ellos, una fantasía visual surrealista y psicodélica que termina por desconcentar del todo al, ya de por sí desconcertado, espectador.

Una vez dicho esto, vayamos por partes. Jackson sorprende demostrando una buenísima mano en un género en el que, hasta la fecha, era un desconocido, el thriller, y quién caracteriza este aspecto de la película es un señor llamado Stanley Tucci, nominado al Oscar, a través de una interpretación para el recuerdo. Atormentado, confuso, terrorífico, Tucci borda su papel como solo lo hacen los grandes, metiéndose en tu cabeza y creando desasosiego en cada una de sus escenas. Por eso, duele más comprobar como un director con tanta capacidad para mantener en vilo al espectador, deja su maestría aparcada a esos momentos de la película, olvidándose de algo tan importante como son los sentimientos de sus personajes, ahogados en efectos visuales apabullantes e hipnotizantes y el poder del personaje de Tucci. El drama que propone "The Lovely Bones" nunca llega a materializarse en todo su esplendor, dejándo para el recuerdo poco más que un par de escenas verdaderamente emotivas, curiosamente las más cotidianas y sencillas.

Y luego está ese limbo colorido y psicodélico donde Jackson encuentra su verdadero placer, el del más grande todavía, la búsqueda por la imágen más bella, fantástica, memorable...pero se olvida del poder que en el cine tiene el sugerir y no mostrar, el enseñar a medias, y desarrolla todo un imaginario que si, tiene todo el poder visual del mundo, pero que, en ocasionas, roza el ridículo, lo hortera mezclado con escenarios sacados directamente de Mordor. Algo que, para ser sincero, se puede perdonar, a medias, gracias a otros momentos llenos de intensidad, con capacidad suficiente para llegar al nudo de la garganta, a través de los ojos.

Película extraña, especial, rara, excelente por momentos..."The Lovely Bones" es, en definitiva, la hija predilecta de Peter Jackson, aquella a la que se le permite todos los lujos que pide, a la que se le perdonan todos los fallos, la que se muestra con orgullo sin pararse a pensar en los defectos que tiene. Y los espectadores asistimos atónitos a una mezcla de géneros que, esta vez sí, parecen hechos para saciar únicamente la pasión cinéfila de su director. Nosotros nos extrañamos, Jackson la ama. ¿Qué queréis que os diga?, amor de padre.

Nota: 7


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