lunes, 8 de febrero de 2010

The Road (La Carretera) - El fuego de ninguna parte



Lo primero que he hecho esta mañana ha sido entrar en el, excelente, blog de mi amigo y, porque no decirlo, maestro, Luis (http://caminodeitaca.wordpress.com/), para volver a leer, una y otra vez, la reseña que escribió sobre la novela de Cormac McCarthy ganadora del Pulitzer, llena de alabanzas y entusiasmo. Y, tras varios vistazos, me siento engañado. La película que ayer ví en el cine no puede estar basada en algo tan potente, ser reflejo de una novela tan fascinante como todo el mundo afirma, describir el apocalípsis, no sólo terrenal, sino también emocional. No, alguien me ha tendido una trampa, o quizás al mismo McCarthy.

Vaya por delante, que no he leido la supuesta, no lo dudo, obra maestra literaria en la que semejante despropósito se basa, pero lo que me cuentan en la pantalla poco tiene que ver con la emoción, reflexión y pasión que se anunciaba por todas partes. Se trata de un film vacío, tan lleno de logros visuales como lagunas narrativas y mezclas de géneros que no saben hacia donde ir, y lo que es peor, no le importa demasiado.

El directo John Hillcoat parece tan ensimismado con el mundo que ha sido capaz de plasmar en la gran pantalla, gracias a una impresionante fotografía de Javier Aguirresarobe, que olvida que, tras ella, debe haber algún tipo de narrativa cinematográfica más allá de la búsqueda de la poesía en la suciedad, dela belleza en los planos apocalípticos,de la emoción en la nada, algo que pocos han conseguido y que, en cualquier caso, tiene un referente demasiado grande y cercano, esa obra maestra llamada "Hijos de los hombres" de Alfonso Cuarón, frente a la cual parece, más que su hermano pequeño, primo lejano.

La repetición de la fórmula, momento intimista entre padre e hijo + planos generales del mundo (semi)destruido + encuentro con personaje secundario poco, o nada, aprovechado + escena de tensión para hacer algo de taquilla (y verdadero elemento explotado en los tramposos trailers, llenos de explosiones que en ningún momento aparecen en el film), es repetida hasta la saciedad, eso sí, acompañados, como hilo conductor, por unos flashback que terminan siendo de lo mejorcito del film.

Si esta película llega al suficiente, no termina siendo un desastre de dimensiones, estas si, apocalípticas, es gracias a alguna que otra escena (Mortensen en el puente, o la primera casa visitada), la mencionada fotografía de Aguirresarobe, a la brillante música del, casi siempre, genial Nick Cave y Warren Ellis, que ya habían demostrado sus cualidades en la excelente banda sonora de "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford", y a un excelente Viggo Mortensen que parece ser el único que se toma en serio la historia que se está contando. Y da rabia, porque se intuye que detrás de toda esta nada había una historia llena de frases, descripciones y sentimientos a flor de piel, personajes inolvidables, auténtica emoción, terror, tensión y, finalmente, salvación. Lástima que todo esto no sean más que intuiciones, invisibles, que se ocultan en la lejanía, y de lo que solo alcanzamos a percibir unas pequeñas sombras, como si se hubieran empeñado en no dejarnos ver lo que de verdad necesitábamos. Y nos hablan de fuego, pero, lástima, todo queda en ninguna parte.

Nota: 5

1 comentario:

Luis Francisco dijo...

No sé por qué, pero sabía que no te gustaría mucho... Yo aún no la he visto, tuve un intento frustrado, así que... Este es el año de las decepciones hahaha. Siempre nos quedará Scorsese y Lost (doy por descontado a Tim Burton :D)