lunes, 31 de enero de 2011

"Morning Glory" - Caprichos de cartelera




El mes de enero es una cita anual que, casi nunca, falla con el buen cine. La proximidad de los premios más importantes del sector hacen que las principales productoras de Hollywood comiencen a desenfundar sus armas y estrenen de manera descontrolada, a la par que estudiada, las películas que aspiran a convertirse en esos as en la manga que proporcionan halagos, publicidad y marketing. 2011 no ha sido ninguna excepción, a pesar de que la mayoría de films aspirantes a los galardones de la industria ya han ocupado las carteleras ("La Red Social", "El discurso del Rey" o "Toy Story 3") y, otros, llegarán este intenso mes de febrero ("127 horas", "Cisne negro", "The fighter"), pero, sin duda, este mes de enero que llega a su fin ha servido para dar el pistoletazo de salida a la temporada que nos trae, normalmente, el mejor cine de cada año.


A la mayoría de películas que están por venir se les presupone una calidad equiparable a sus aspiraciones por convertirse en "la cinta del año". Para los amantes del cine se trata de un combate maravilloso que permite, además, realizar el sano ejercicio del debate entre amigos y compañeros por elegir, como si de académicos nos tratáramos, la mejor película, el mejor actor o la mejor dirección. Pero, a pesar de que a uno siempre le atrae el aroma de un buen manjar, no es menos cierto que, en ocasiones, apetece comida rápida, una de esas tentaciones que uno se debe permitir de vez en cuando. Pues, ese capricho,se llama "Morning Glory".


Nada falta y poco sobra en esta trepidante historia de una joven productora de televisión que intenta por todos los medios conseguir el éxito de un humilde programa matinal de televisión a la par que lucha por encontrar una estabilidad sentimental. El director Roger Michell, que ya demostró su buen hacer en la encantadora "Notting Hill", y la guionista Aline Brosh McKenna, optan, acertadamente, por dejar los aspectos románticos en un segundo, o tercer, plano para centrarse en los vaivenes laborales de su protagonista, una maravillosa Rachel McAdams que supera en encanto a una desaprovechada, pero tan genial como siempre, Diane Keaton y a un carismático Harrison Ford que tiene en sus manos el mejor papel que le ha caído en años. "Morning Glory" es un soplo de aire fresco en una cartelera poblada de dramatismo y profundidad, una amable historia de superación y amistad que ofrece risas y entretenimiento en cantidades lo suficientemente altas como para justificar el precio de una entrada. A veces, no me lo negaréis, algo rápido y ligero satisface más que un atracón. Que aproveche.

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