martes, 1 de febrero de 2011

"Red" - Fiesta privada




La reunión de varias estrellas consagradas de Hollywood suele funcionar bastante bien tanto en taquilla ("Los mercenarios"), como en crítica ("Ocean,s eleven"). Sirva la saga de ladrones de Danny Ocean, exceptuando su indefendible segunda parte, como ejemplo de como mezclar el glamour de grandes estrellas, George Clooney, Brad Pitt o Matt Damon, con una trama divertida y fresca con la que, se nota, que ellos se lo pasan de miedo pero que, además, contagian al espectador. Por eso no es muy difícil imaginar a los productores de "Red" frotándose las manos al conocer el casting de vacas sagradas con las que contaban, como son Bruce Willis, Morgan Freeman, John Malcovich o Helen Mirren. Y está claro que la fórmula, en ese sentido, funciona.


Ver a ese reparto tan carismático en pantalla es un lujo que se intuye irrepetible. El problema es que, más allá de eso, no queda más que un mero entretenimiento sin nada especialmente memorable. Una historia torpe e innecesariamente enrevesada para lo simple que finalmente es, y una dirección plana y sosa de Robert Schwentke, responsable de las decepcionantes "Plan de vuelo: desaparecida" y la reciente "Más allá del tiempo", terminan por desequilibrar una película que no es tan divertida como debería, ni tan paródica como pretende.


"Red", sin llegar a ser un mal pasatiempo, se queda muy por debajo de las posibilidades que planteaba. Sin embargo, lo que uno siente mientras ve las notables escenas de acción y los moderadamente divertidos chascarrillos que estructuran "Red", es que está asistiendo a una fiesta privada donde la sonrisa solo aparece cuando Willis exclama alguna de esas frases que parecen robadas de la próxima entrega de "Jungla de Cristal". Por lo demás, pocas novedades, Morgan Freeman haciendo de Morgan Freeman y John Malcovich repitiendo el mismo papel que ya bordó en la estupenda "Quemar después de leer" . Por no sorprender, no lo hace ni Helen Mirren que vuelve, otra vez, a llenar la pantalla. Ellos parecen pasárselo muy bien pero, al menos yo, prefiero las fiestas en Las Vegas de Clooney y compañía.

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