martes, 15 de enero de 2008

"Expiación" - Más allá del Cine




La única duda que me deja "Expiación" (a lo largo de la crítica no aparecerá el prescindible "Más allá de la pasión" que acompaña el excelente título del film) es si señalarla como la mejor película de 2007 o una de las mejores películas, seguro, de 2008. El caso es que, sea como fuere, este nuevo curso cinematográfico se abre de manera inmejorable con una película que tiene todo para ser considerada una obra maestra y un futuro clásico de ese género tan complicado como es el drama romántico.


Basada en una exitosa novela de Ian McEwan, que se intuye magistral, "Expiación" es una muestra del mejor cine europeo (no olvidar que el film viene desde Inglaterra). En ella se nos cuenta una enrevesada historia de amor en tres actos: una primera parte desarrollada en una maravillosa campiña inglesa, la segunda en el ambiente bélico de la Segunda Guerra Mundial y el tercero un epílogo donde ambas partes se funden para llegar a la "expiación" a la que hace referencia el título.


La primera parte del film es, probablemente, la menos conseguida de las tres. Y no porque carezca de intensidad o belleza estética (algo que acompaña a todo el metraje), sino porque da la impresión de que a la historia le cuesta arrancar y de que se dedica excesivo tiempo a presentar a alguno de los personajes. Pero que no haya equivocaciones, la belleza que desprenden alguna de las escenas de este primer tramo hacen que el nivel vaya creciendo hasta llegar al excelente clímax que supone la fatídica cena, o lo que es lo mismo, el momento en el que toda la historia se empieza a complicar.


Si el primer tercio del film cuenta con esos pequeñísimos fallos, el segundo acto se muestra tan rotundo y ofrece tantos momentos de GRANDEZA cinematográfica que uno no puede más que dejarse llevar por el excelente guión de Christopher Hampton y, sobre todo, por la manera en que el director Joe Wright nos cuenta los sucesos.
Y es entonces cuando servidor se debe rendir ante la labor de Wright.
El inglés consigue con su segunda película (tras la notable "Orgullo y prejuicio")ofrecer toda una clase de elegante, perfecta y firme dirección. Y es que, si los primeros momentos del film tienen buenas escenas ( los dos protagonistas en la fuente, las malinterpretaciones de Briony o la cena), es en el contexto bélico donde "Expiación" empieza a crecer y Wright no solo realiza algunos planos magistrales (los tres soldados andando alicaidos mientras tres aviones sobrevuelan el cielo reflejados en un pequeño lago, o la conversación entre Briony y un moribundo soldado), sino que además se permite el lujo de regalarnos tres de los mejores momentos cinematográficos que se han visto en mucho, mucho tiempo (la impresionante escena del campo lleno de adolescentes muertos,el bellísimo plano que muestra a un melancólico enamorado imaginando un beso con su amada tras una pantalla de cine que muestra una clásica escena de amor (cine dentro de cine) y, sobre todo, un impresionante plano secuencia que debería proyectarse en todos los lugares donde se enseñe como hacer cine y que se convierte, por derecho propio, en LA ESCENA de la película, ese momento que dentro de unos años se seguirá recordando con la boca abierta).


Por último tenemos un tercer acto, al que también podrías llamar epílogo, y del cual es mejor no comentar nada más allá de que nos encontramos ante uno de esos desenlaces brillantes, emocionantes y absolutamente desoladores que uno no consigue, ni desea, olvidar jamás. Y es que de los últimos quince minutos de film lo mínimo que se puede decir es que son magistrales, redondeando así un film inolvidable.


En el plano de actuaciones cabe destacar al protagonista James McAvoy, el cual realiza una actuación redonda, mientras que su compañera Keira Knightley no aprovecha del todo sus dotes interpretativas (que las tiene) convirtiendo su actuación en uno de los elementos menos deslumbrantes del conjunto. Las que si brillan, y de que forma, son las tres actrices encargadas de dar vida a Briony Tallis, la auténtica protagonista del film, a lo largo de los años. Comenzando con su adolescencia,tenemos a Saoirse Ronan, una jóven que ofrece una asombrosa actuación dando forma a una Briony capaz de hacer sentir al respetable todo lo que se propone (complicidad, intriga y, finalmente, rabia). En la segunda parte del film es Romola Garai la encargada de mostrarnos la evolución del personaje, no sólo física, sino también emocional, en una actuación llena de una extraña capacidad de hipnosis, como si cada vez que apareciera en pantalla Briony, el espectador no pueda apartar la vista. Una interpretación más que notable. Y por último, tenemos a Vanessa Redgrave en el papel de Briony anciana. Su aparición se basa en los últimos quince minutos, tiempo que a la señora Redgrave le basta para demostrar su experiencia ofreciendo una actuación sincera y emocionante.

Dos aspectos más merecen ser mencionados en esta crítica con alabanzas: la fotografía y la banda sonora.
La primera de ellas es obra de Seamus McGarvey y es uno de los elementos más destacados en el triunfo absoluto de la película. Sobresaliendo entre todos los apartados técnicos, McGarvey es capaz de diferenciar cada tramo de la película con unos colores y texturas diferentes y a la vez dotando a toda la estructura de una belleza, melancolía y grandeza totalmente magistrales. Un auténtico logro.
Por otra parte, tenemos la banda sonora compuesta por Dario Marianelli. Impecable, absolutamente impecable. Hipnótica en su tramo inicial con una perfecta combinación de música de cuerda complementada de manera sorprendente con el sonido de una máquina de escribir, brillante en el contexto bélico y, finalmente, maravillosa y, sobre todo, emocionante en el desenlace.
Dos elementos que ayudan mucho más de lo que parece al resultado final.


En definitiva, nos encontramos ante una de las mejores películas que se han visto en años, un absoluto triunfo cinematográfico que, a falta de la esperada "No Country for old men" de los imprevisibles hermanos Coen, es, de manera más que justa, la gran favorita para alzarse con todos los premios importantes, de momento ya tiene el Globo de Oro a la Mejor Película Dramática.
Pero para todos aquellos que disfrutaron del film con la intensidad con la que lo hice yo, los premios es lo menos importante, porque nos quedamos con esa sensación de que nos han contado una historia maravillosa, que nos la han contado de una manera maravillosa y, lo más importante, que nos ha transmitido SENTIMIENTOS hasta hacerlos nuestros para siempre. Y eso, señoras y señores, incluso siendo cine,está más allá del cine.



Nota: 10

Taxman


2 comentarios:

Jesús Garrido dijo...

Como sabes, no me suelen gustar las películas románticas, pero cuando una de ellas es taan buena, hay que levantarse y aplaudir. Wright hace de una pasión, una obra maestra, que, como dices, se demuestra sobre cualquier otra cosa, en el plano-secuencia de la playa, algo increíble, que te deja con la boca abierta. James McAvoy vuelve a hacer una gran actuación, como ya hizo en "El último rey de Escocia". Y Keira, pues bueno, podría haberlo hecho mejor. En definitiva, parece claro que es una de las favoritas para ganar el Oscar principal, pero bueno, tendrá que pelear con otras muy grandes...

Luis Francisco dijo...

DIOS QUÉ PELICULÓN. Joder... and the oscar goes to...

Podría tirarme un buen rato soltandote el rollazo... pero ya sabes lo que opino de esta peli. Qué gozada.